REPERTORIO
Bagualera
La baguala es un género musical originario del noroeste de la Argentina. Se difundió principalmente entre la población indígena de esa región, pero se cree que deriva de algunas tonadas españolas. Este canto con caja, integra un ritual sagrado y festivo de la cultura andina.
Del tiempo i´Mama
Decir Zamba es decir Salta, Salta «La Linda» es la ciudad del país que conserva el mayor patrimonio tradicional. Su nombre deriva del aymará sagta, que significa “la muy hermosa”. Este ritmo melancólico de Rodolfo Polo Giménez nos describe con nostalgia, el paso del tiempo y los recuerdos de la infancia.
Calle Angosta
Villa Mercedes, de la provincia de San Luis se hizo conocida gracias a una tradicional canción cuyana Calle Angosta. La famosa Calle Angosta tiene su historia a la altura de la estación ferroviaria donde se fue configurando un angosto pasaje, por donde pasaban las carretas que traían la producción del norte de la provincia, para ser embarcada en tren hacia Buenos Aires. Recorrían la calle De los Alamos y pasaban por un sendero para salir a la entonces «Calle ancha». Calle que se hizo poco
Doña Javiera Carrera
Es una refalosa de Rolando Alarcón, del folklore chileno. Ritmo proveniente del Perú y que nos habla de Doña Javiera de la Carrera y Verdugo, Heroína de la patria (1781) perseguida por ser hermana del General José Miguel Carrera, uno de los personajes más interesantes de la historia de la independencia de Chile, y sin lugar a dudas, también uno de los más polémicos, que fue artífice de la creación del primer periódico de Chile, de la biblioteca nacional y del Reglamento Constitucional de 1812, entre otras obras. También fueron obra suya la bandera y el escudo de Chile.
Zamba de Angastaco
Angastaco es una pequeña población, situada en la Ruta de los Valles Calchaquís, de 881 habitantes, un pueblo un poco mas pequeño que Vilafamés y muy conocido por sus viñas y sus quebradas.
INSTRUMENTOS MUSICALES
Bombo
Presenta tres variedades básicas: la de orquesta, la de procesión y la de banda.
Bombo orquestral
Su forma es tubular y su tamaño variable, pudiendo llegar hasta 60 cm de altura y 45 cm de diámetro. Se fabrica excavando un tronco de madera blanda (“palo borracho”), ceibo, hasta transformarlo en un cilindro de delgadas paredes. Lleva dos parches de cuero de cordero, vizcacha o cabra, cosidos a sendos aros realizados con una delgada rama de sauce o de mimbre, los que una vez finalizada la operación del “retobado” quedan cubiertos por el parche. Sobre ellos se apoyan los aros externos y se unen entre sí mediante presillas adosadas. La tensión de los parches se regula mediante presillas que abrazan de a dos los tramos del tiento y resulta ser de tipo indirecto, ya que se ejerce sobre los aros externos, los cuales la transmiten a los internos estirando la superficie de las membranas.
Su origen es europeo y parece haberse difundido desde Santiago del Estero hacia todo el Centro y Noroeste argentino. Tradicionalmente lo utilizan los conjuntos criollos de música bailable para acompañar rítmicamente las melodías a cargo del violín, el bandoleón o el arpa. Se emplean dos baquetas para percutirlo en un solo parche. La alternativa de golpes en el aro parece haber sido una novedad que aportó la orquesta de Andrés Chazarreta.
Una variedad del bombo orquestal es la que se utiliza en Empedrado (Corrientes) duran la fiesta de San Baltasar, el 6 de Enero. Allí el instrumento supera el metro de longitud y para ejecutarlo se coloca en el suelo. Dos músicos se montan sobre él dándose la espalda y golpean cada uno en un parche con sus manos, rasgo de segura procedencia africana.
Bombo procesional
Su altura es habitualmente menor que la del anterior y su diámetro es mayor que el de éste, aunque no resulta de esta característica que se trate necesariamente de un bombo “chato”. El hecho de que carezca habitualmente de aros lo asemeja a una gigantesca caja y sugiere su posible origen prehispánico. Se toca con uno o dos mazos y puede ser utilizado ambipercusivamente durante la marcha, para lo cual el ejecutante lo cuelga de su cuello manteniéndolo en posición horizontal. Su mayor vigencia se da en el Noroeste, donde en caso de necesidad puede ser reemplazado por un bombo de orquesta. Es el instrumento imprescindible de las procesiones religiosas.
Bombo de banda
Es siempre un tambor “chato” – de altura menor que el diámetro -, de grandes dimensiones. Posee aros, aunque éstos no se utilizan en la ejecución. Deriva del moderno bombo mayor de las bandas militares y al igual que éste es de factura industrial, o bien artesanal pero construido a imitación del modelo urbano. Comienza a imponerse en el Noroeste aplicado a las bandas de sikuris y anatas, y es imprescindible en los conjuntos de cobres que hacen música bailable durante el Carnaval jujeño. Se percute con un mazo sobre uno de sus parches, el a menudo lleva leyendas y emblemas propios del conjunto o comparsa que lo utiliza. Al igual que el bombo de procesión, se toca de pie.
Bombo legüero
Esta expresión constituye una de las tantas originalidades que el Movimiento Nativista ha difundido a través de los medios de comunicación masiva. Fue concretamente el conjunto Los Hermanos Ábalos el que al componer y grabar la “Zamba de mi pago”, a principios de los setenta, echó a correr la idea de que el sonido del bombo criollo de orquesta (hasta ese momento llamado “bombo indio” por entusiastas periodistas y animadores del género) poseía un volumen tal que era posible escucharlo, ya no a una sino a varias leguas. La primera estrofa de la zamba rezaba:
Un violín gemidor
Junto a un bombo legüero
Y un viejo arpero
Nostalgias me traen de ´ande soy.
La práctica de ejecutar el bombo criollo de orquesta de pie fue impuesta por el conjunto Los Chalchaleros a partir de 1945. Hasta ese momento el “bombisto” tocaba sentado, al igual que el resto de los músicos.
Charango
Es una guitarrilla criolla, muy difundida en el norte, especialmente en Salta y Jujuy. Para la construcción del charango se utiliza como caja de resonancia el caparazón de un armadillo disecado, por lo general, se utiliza el quirquincho. El encordado consta de cinco pares de cuerdas. Se lo usa para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos… en algunas oportunidades, solo.
Los orígenes del charango se remontan a la colonización española de América. En este periodo muchos instrumentos musicales europeos llegaron a tierras americanas y, entre ellos, la vihuela de mano, una especie de guitarra con cinco cuerdas que se elaboraba en tres tamaños: pequeño, mediano y grande. El desembarco de la vihuela en diferentes lugares de América propició la creación de nuevos instrumentos inspirados en ella. En la actualidad, el charango es un instrumento de uso popular en Bolivia, Perú, norte de Argentina, Chile y Ecuador.
En cuanto al origen de la palabra ‘charango’ aun no hay certeza. Posiblemente deriva de dos voces americanas: charanga, palabra muy utilizada durante la colonia, que significa ‘música de instrumentos metálicos’ y de charanguero, que quiere decir ‘tosco, grosero, chapucero, chambón, embustero, imperfecto’, por ser un instrumento rústico, que era usado por los campesinos o clases populares.
Hay estudios sobre los instrumentos musicales de uso popular en Perú que determinaron once tipos diferentes de charangos que son utilizados actualmente en diferentes zonas del país.
Requinto argentino
Es similar al mexicano. Es una guitarra clásica (a veces más pequeña) afinada como con cejilla en el 5º traste (de ahí proviene el nombre). Por lo general usa las cuerdas estándar de guitarra repitiendo en la 1ª y la 2ª la cuerda más fina y llegando a la la 6ª con una cuerda normal de 5ª; también se emplea una cuerda más fina de arpa para la 1ª. Su afinación es (de agudos a graves) la, Mi, Do, Sol, Re, La. Se utiliza generalmente en el folklore para melodías y solos porque su registro más «cantable» lo hace muy adecuado.